En el año 2008 comenzó una de las crisis mundiales más importantes de la historia. Se originó en Estados Unidos, sin embargo, se expandió por todos los continentes, especialmente en Europa y las consecuencias de esta crisis todavía son palpables en la actualidad.
Nos remontamos a los atentados terroristas del 11 de septiembre del 2001 en Estados Unidos. Dichos atentados generaron inestabilidad y pesimismo entre la población. Para incentivar a las familias y empresas a que consumieran, los bancos centrales decidieron bajar el tipo de interés al 1%. Por lo tanto, se produjo un exceso de gasto, en especial en la compra de viviendas. Además, eran hipotecas de alto riesgo porque se concedían a personas que en condiciones normales no podían optar a una, bien por no tener un trabajo o por no tener un sueldo estable (estás son conocidas como Hipotecas subprime).
En 2004, para controlar la inflación la reserva federal decidió aumentar el tipo de interés al 5%. Debido a esto, los deudores dejaron de pagar sus hipotecas ya que económicamente no podían permitírselo. Como consecuencia, la oferta de viviendas era mayor a la demanda de estas, por ello los precios decayeron. Además, cómo las instituciones financieras estadounidenses habían otorgado créditos financieros a los bancos europeos, estos se vieron afectados por los impagos de igual manera.
Fue sobre el año 2007 cuando se comenzaron a ver los primeros síntomas de problemas en el mercado de la vivienda estadounidense. Un ejemplo de esto lo encontramos en el Banco francés BNP Páribas, el cual suspendió tres fondos que invertían en el mercado hipotecario estadounidense y, mientras tanto, en el Reino Unido muchos inversores comienzan a sacar su dinero del banco Northern Rock, se trataba de la primera caída de un banco en el Reino Unido desde 1866.
En este contexto, se dio la caída de las instituciones financieras más endeudadas. En primer lugar, Bear Stearns en New York (2008). Posteriormente, se derrumba el banco estadounidense Lehman Brothers y así comenzaron a caer bancos y empresas en todo el mundo. Esta crisis originada por los bancos estadounidenses acabó expandiéndose a todo el mundo afectando principalmente a Europa.
Las consecuencias en nuestro país fueron numerosas, y muchas de ellas son palpables hasta nuestros días. En primer lugar, se produjeron se produjeron recortes presupuestarios en sanidad que propiciaron el crecimiento de la sanidad privada y por consiguiente la disminución de la sanidad pública, esta entre otras muchas razones esta ha sido una de las razones del colapso sanitario de estos últimos años de pandemia. Además, se produjo un incremento del paro nunca antes visto, incluso en 2013 llegó a su máximo histórico con mas de cinco millones de parados. Por consecuente, los dos principales motores de crecimiento de la economía española, los cuales son la construcción y el turismo se vieron afectados drásticamente por esta recesión, lo que provocó un desequilibrio económico importante en el país. De igual manera, estos dos factores de crecimiento se han visto afectados en la actualidad tras la pandemia del Covid-19. Esto refleja serios problemas estructurales en nuestro país ya que posee una gran dependencia de estos dos factores. Por esta razón, se siguen exigiendo cambios estructurales en el país como reordenar algunos componentes de la oferta, en especial en el sector hotelero, asimismo se exige intensificar esfuerzos para atraer nuevos segmentos de flujos turísticos del extranjero hacia España.
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