El IRPF se trata de un impuesto progresivo, de forma que cuanto más se gana, más alto es el tipo impositivo que se aplica. En la actualidad, vivimos en una situación de inflación elevada, en concreto, en noviembre de 2022 la tasa de variación anual del IPC en España se ha situado en un 6,8%. Por ello, se ha producido una subida de precios importante en la luz, carburante, alimentos... Sin embargo, el sueldo de los españoles no se actualiza conforme a estas subidas de precio. Por lo tanto, se produce una pérdida de poder adquisitivo.
Algunos economistas consideran que el poder adquisitivo real se ve influido de igual forma porque los tramos del IRPF llevan sin actualizarse desde 2015 periodo en el que el IPC ha subido un 19,7% según el INE, de modo que los trabajadores pagan más impuestos reales, pero pierden poder adquisitivo, considerándolo, en la práctica, una subida de impuestos silenciosa. Los expertos consideran que esto se puede corregir deflactando el IRPF. Esto significa que los contribuyentes eviten soportar mayores impuestos en un escenario donde la capacidad de compra es reducida debido a la inflación. Jorge Onrubia Fernandéz explica "No se trata de bajar el impuesto, sino de evitar que se produzcan incrementos impositivos como consecuencia de gravar una capacidad de pago que sólo es monetaria, pero no es real".
Por ello, ya son varias las CC.AA que han decidido deflactar los tramos del IRPF, con esta medida los trabajadores podrán mantener las la misma capacidad adquisitiva de antes de la crisis. En resumen, no es una bajada de impuestos y tampoco significa que una persona pague menos IRPF. Es más pagará un poco más, pero al no cambiar de tramo lo hará en el mismo porcentaje que lo hacia antes.
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